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Nadie puede quitarnos el derecho a defender nuestras ideas

¿Dónde están los sueños y las buenas ideas? ¿Dónde quedaron los deseos de ser grandes, de ser mejores? ¿Y las metas de los que llegamos ahora? ¿Generación perdida? No, generación vendida al servicio de los intereses del mercado. Yo no he decidido. No he votado este modelo, lo tengo por herencia. Nadie me ha preguntado si creo que el referéndum de Cataluña es ilegal, ni si estoy de acuerdo con una Constitución que se eligió hace 37 años... Hacen cosas para nosotros, pero no cuentan con nosotros. Lo que queremos y lo que necesitamos no está contemplado en una leyes que yo no he votado. Pagamos una educación que no educa, que no me hace mejor ni peor, simplemente me deja sin comer a final de mes. No cotizo porque para el mercado laboral no existo. Soy un número aproximado de una cifra que solo sabe crecer. Nadie escucha lo que pienso porque no les interesan mis críticas. Y nos hunden. Nos hacen creer que callarse es la mejor opción porque aun que lo intentemos nada cambiará. Y muchos se lo creen.
Somos el futuro de un país que según dicen no tiene futuro. Somos los hijos de la nueva era, de una crisis, de ver la miseria durmiendo en una tienda de campaña frente a un banco. Nos adoctrinan en sus creencias. Nos piden que no tengamos conciencias, que limitemos nuestra libertad si interfiere con la suya y nos ponen miles de obstáculos. Nos dicen que es mejor estar explotado que no tener trabajo, firmas tu propia pérdida de derechos. A parte de perder la dignidad perdemos el Norte, porque no conocemos otra cosa, no nos dan mas opciones, hemos crecido con las palabras crisis y guerra en las noticias. Porque no nos sorprenden la corrupción ni la violencia. Porque estudiamos la época Franquista y vemos lo que era este país y pensamos que estamos bien. Pero la democracia da más de sí y me niego a aceptar que la gente muriendo de hambre en la calle sea un daño colateral del sistema de Bienestar. ¿Bienestar para quién? Con lo caro que resulta tener dignidad nuestro Estado es más bien el del malestar. Si ese es el precio no lo acepto. Y ahora llega ya la etapa de las alternativas, de hacernos escuchar, de saber como quejarse, porque hay formas y no todas son correctas. Estoy cansada de oír que somos el futuro... Somos el presente. Somos nuevas ideas y somos juventud. Cada uno que escoja  la opción que quiera pero que sea consecuente con su decisión. Y votar a unos o a otros no significa no poder quejarse si lo hacen mal. Siempre se puede luchar...